lunes, 14 de mayo de 2012
Al último minuto
Al último
minuto, la entrega del proyecto, estaba lista, pero nuestra naturaleza siempre deja un detalle para que recordemos
que nada es perfecto. Se acabaron las etiquetas para Cd, y mi jefe, ni siquiera
miro el proyecto. -Héctor, tienes 10 minutos para encontrar etiquetas, tengo que
entregar esto en 20 minutos- dijo. Y yo, me
hice humo desde el edificio. Me gusta trabajar ahí porque está el parque
forestal al frente. El Museo le da ese aire misterioso de cuento de hadas
urbano. Pero debía correr e indagar en mis recuerdos, la librería más cercana.
Doble por Santo Domingo en una tarde inusual de Agosto. 28 grados y yo con
chaqueta y corbata, por este centro atochado de gente hambrienta de comer a esa hora. Me acorde de Huérfanos, así
que corte por la Plaza de Armas, pero no era la misma, estaba vacía, cuando me
di cuenta, levante mas la vista y me vi rodeado de mucha gente que hacia
perímetro y se ría …Al fondo por Huérfanos dos figuras coloridas corrían hacia
mí, casi a la misma velocidad. No puede ser, justo ahora, bueno habrá que
improvisar. Cuando el payazo llego y me abrazo con fuerza lo abrace también, di
una vuelta y zafé, luego la payasita se lanzo sobre mí, baile 5 segundos con
ella y entre aplausos seguí mi loca carrera. Encontré la librería, escondida
entre los pasajes y compre las
etiquetas. Corrí de vuelta y llegue hasta donde mi jefe. -Justo a tiempo
Héctor, me iba retirando a la reunión, pero, que tienes en la cara…Un beso
gigante y rojo-. No pude explicar mi largo camino para llegar a esas etiquetas,
pero el beso que me dejo la payasita, me explico él porque la gente seguía
sonriendo, cuando iba ya de vuelta.
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