lunes, 14 de mayo de 2012

Dios es punky


El juntarme con mi mejor amigo de la infancia, es un hecho que se da muy pocas veces. Desde niños jugamos y crecimos en el barrio Bogotá y el barrio Franklin. Recorriendo el persa Biobío en busca de casetes y discos de nuestros grupos punkies favoritos. Armando bandas y tocatas en garajes los días domingo, entre Victoria y Maule, amplificando guitarras eléctricas hechizas solo con un par de radios. Asi pasamos nuestra adolescencia hasta que el destino nos separo y después de la Universidad y diferentes carreras. El se fue a Canadá y yo me quede acá en el viejo barrio. La oportunidad de vernos después de tantos años surgió de un viaje a ver a su familia a Chile. Nos juntamos y recorrimos nuestra infancia mientras caminábamos por Bellavista. Después de pedir un par de cervezas de litro en un bar de Santa Filomena, mientras nos perdíamos en los recuerdos, una figura asomo al lado de la mesa. Soy Dios nos dijo con voz desgastada y debo tomarme una de sus “chelas”. Acto seguido tomo la botella y se la empino al seco…”Tendrán suerte toda su vida hijos míos”, dijo este espejismo con largos cabellos y barba desordenada…Luego de esto se fue caminando y cantando por Bellavista…Nunca supimos si era una revelación o un chiste, o producto de nuestro estado etílico, pero la imagen no se borra de las sombras de esa calle…Dios es punky…Salud…

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